domingo, 6 de abril de 2014

Los 10 grandes fracasos de la arquitectura del siglo XX.

[ATENCIÓN: todos estos bellezones de la arquitectura y yo nos trasladamos AQUÍ]

Tarde o temprano le iba a tocar a la arquitectura del siglo XX. En primer lugar que sí, que ciertamente es una crítica personal y muchos estarán profundamente en desacuerdo. Los 10 ejemplos escogidos son, por lo tanto, una selección subjetiva de unos problemas que, creo,  han sido bastante evidentes e innegables en la arquitectura del siglo XX: el aire mesiánico de los arquitectos, el excesivo uso del hormigón, su rápido deterioro y afeamiento al estar expuesto a la meteorología, la excesiva estandarización de la vida, la creación de espacios fríos y poco acogedores, la creación de los llamados "no lugares", la casi nula presencia de elementos vegetales, la constante presencia de corrientes de aire, el manifiesto abismo entre la teoría sobre el papel y la vida práctica en los edificios, la inadecuación a ciertos climas o estaciones del año….

Sí, sé lo que están pensando, que le tengo manía a la arquitectura del siglo XX. Bueno, yo les diré que como historiador soy por defecto nostálgico, pero les prometo que algún día dedicaré un post a los 10 grandes ÉXITOS de la arquitectura del siglo XX.

01- Unité d’Habitation (1947-1952) de Le Corbusier.
El visionario arquitecto suizo planteó en un contexto de postguerra, con anticuados inmuebles del siglo XIX o decrépitos edificios anteriores, su receta mágica para la vivienda del futuro. Se construiría con hormigón, que era rápido y barato, y los apartamentos unifamiliares tendrían idénticas dimensiones e idénticas equipaciones. El edificio, que se planteaba como una comunidad de vecinos, dispondría de varios servicios, como una guardería, un restaurante o una librería. El problema: pues que el ser humano no vive excesivamente bien en ambientes estandarizados, higienizados y asépticos como los que ideó Le Corbusier. Ni a los niños de la guardería les hacía mucha gracia pasar el recreo en el ambiente post-apocalíptico y hormigonado del tejado (a pesar del que el arquitecto pensó que les iría bien un poco de aire fresco), ni los mercadillos semanales se podían celebrar en la planta baja a causa de las corrientes de aire. Cierto, el invento que ideó el arquitecto suizo, y que se llamó Cité Radieuse (ciudad radiante), fue la base para los bloques de pisos modernos, otra cosa es que realmente fuera la panacea con la que muchos arquitectos del siglo XX presentaron sus edificios.
La mole de la Unité d'Habitation de Le Corbusier.

Pasillo "estilo Matrix" de la Unité d'Habitation.

Ascéticos dormitorios de los módulos familiares.

Niños de la guardería jugando en el tejado hormigonado.

Hijos espirituales de Le Corbusier, el barrio de La Rouvière, también en Marsella.

02- Pruitt-Igoe (1950-1955) de Minoru Yamasaki
En el contexto del boom demográfico de las años 50 en Estados Unidos, los arquitectos plantearon como debían ser los barrios del futuro, se organizarían a través de idénticos bloques monolíticos de viviendas (cuya verticalidad dificultaría su destrucción en caso de bombardeo) y en vez de estrechas calles estarían rodeados por amplias zonas verdes (que se acabaron convirtiendo en desapacibles descampados). Pero entre la teoría y la práctica, se abrió el abismo de la propia naturaleza humana: cuando algún habitante conseguía mejorar su estatus e ingresos abandonaba los insípidos bloques para comprarse una bonita casa con jardín. El resultado: los barrios como Pruitt-Igoe acabaron siendo habitados por gente pobre, por pandilleros y por criminales. Si el complejo se inauguró en 1955, hacia mediados de los 60 la visionaria arquitectura se había deteriorado seriamente y las bandas infestaban el área; hacia 1972 se inició su demolición y en 1976 se dinamitó el último de sus 33 bloques. Aunque la estela de Pruitt-Igoe fue larga y sirvió de inspiración para numerosas comunidades en América y en Europa, el complejo se considera, hasta la fecha, el mayor fracaso de la arquitectura y urbanismo contemporáneos.
Vista aérea de Pruitt-Igoe a mediados de los 50, en su momento de mayor esplendor.


Famosa secuencia de la demolición de los bloques en abril de 1972.

03- Stalinallee (1951-1969)
En la esfera soviética, la construcción de los nuevos barrios residenciales contenía un matiz más ideológico, las nuevas construcciones debían representar el triunfo de la ideología comunista y la ruptura con el “decadente pasado burgués”. Así pues, la guerra fue la excusa perfecta para que numerosas ciudades desaparecieran bajo el pico y la pala, (como por ejemplo Dresde, Stettin, Bernau, Magdeburg…) o para que monstruosos barrios aparecieran en al lado de cascos antiguos exquisitamente preservados (Allenstein, Bratislava…). Este fue el caso de la Stalinalle, en Berlín Oriental, que buscó ser la avenida emblemática y el escaparate de la Alemania Comunista. En estas nuevas ciudades, los “felices proletarios” exhibían su satisfacción por pertenecer al equipo ganador. Pero difícilmente el ser humano podía agradecer vivir en tan desapacibles ambientes. Con la caída del Bloque Soviético en 1989, quien pudo se fue a vivir barrios más humanos y menos grises y los viejos barrios soviéticos quedaron como una oscura reliquia del totalitarismo.
La Stalinallee, construida sobre las ruinas del barrio de Friedrichshain.

La Stalinallee a mediados de los años 70. © Flickr/Roger Wollstadt.

Nuevos barrios soviéticos alrededor del casco antiguo de Allenstein/Olsztyn (actual Polonia, antigua Prusia Oriental).

Pulawy, en Polonia.

Armónico distrito de Karlova ves, en Bratislava.

04- Campus de Jussieu – Université Paris VI (1955-1972) de Urbain Cassan y Edouard Albert.
A partir de mediados del siglo XX, el auge de la clase media propició que cada vez más gente pudiera acceder a la universidad. Previendo este boom estudiantil, en 1955, el ministro de cultura francés Jean Berthoin inició la construcción de un nuevo campus de la Université de Paris. Urbain Cassan construyó el primer edificio siguiendo el modelo de edificio de hormigón que ya hemos descrito. En 1962, el nuevo ministro de cultura, el venerado André Malraux, encomendó a Édouard Albert un nuevo edificio. Albert proyectó un edificio gigantesco en forma de parrilla y con veintidós patios interiores. Como el edificio seguía el esquema modular, cada vez que se necesitara ampliar el complejo bastaría con añadir otro módulo. El proyecto nunca se llegó a terminar, pero su aspecto gris y poco acogedor, las constantes corrientes de aire en espacios excesivamente abiertos, la ausencia de espacios verdes y la omnipresencia del hormigón ejemplifican, quizás, la masificación de las aulas a lo largo del siglo XX. Las universidades, en ese momento, pasaron de ser templos del saber a fábricas de licenciados.
Edificios construidos por Urbain Cassan en las orillas del Sena.


Vista aérea del complejo ideado por Édouard Albert, en la parte superior aparecen los bloques de Cassan.

Agradables patios interiores del Campus Jussieu.

05- Liverpool Metropolitan Cathedral (1962-1967) de Sir Frederick Gibberd
La relación del cristianismo y en especial de la Iglesia Católica con el arte del siglo XX daría para un post bastante largo, pero resumiré. Liverpool tiene una bonita catedral gótica, pero es una catedral anglicana. Desde mediados del siglo XIX, los católicos desearon también tener un edificio representativo en la ciudad y de los varios proyectos presentados, el de Edwin Lutyens fue seguramente el mejor. Su proyecto (1933) recordaba a la vez el proyecto de Sangallo para San Pietro, la arquitectura utópica de Boullée y Ledoux, y la desmesura futurista de Antonio Sant’Elia y Chernikhov. Empezado en 1933, el faraónico proyecto quedó parado en 1941 a causa de la guerra y se canceló años más tarde durante la postguerra. En 1962, se decidió continuar la catedral pero siguiendo la rompedora propuesta de Sir Frederick Gibberd. Con una planta circular, un alto ciborio acristalado y hecha en hormigón (no lo habrían adivinado, ¿verdad?), la nueva y psicodélica catedral carecía, no obstante, de la exquisita esbeltez de la Catedral de Brasilia (1958-1970) y recordaba más bien a las chimeneas de las centrales nucleares. Asimismo, ya desde el principio, la obra empezó a mostrar serios problemas y fallas estructurales. Su interior resume, asimismo, el estrepitoso fracaso de la mayoría de la arquitectura religiosa del siglo XX: cierto que los templos siempre fueron inmensos, sobrecogedores, incluso fríos, pero en el pasado siglo perdieron por completo su misticismo y espiritualidad, reduciéndose a espacios grises y cavernosos.
La catedral de Lutyens y la remodelación del barrio circundante.

Maqueta de más de dos metros de altura del proyecto de Lutyens.
Fachada principal del proyecto de Lutyens.

Entrada principal de la catedral de Gibberd.

Vista aérea de la Liverpool Metropolitan Cathedral.

Interior psicodélico de la obra de Gibberd.

06- Boston City Hall (1963-1968) de Gerhard Kallmann y Michael McKinnel.
Alojado hasta 1963 en un edificio finisecular bastante insípido, el ayuntamiento de Boston se trasladó a un nuevo edificio que se considera uno de los primeros emblemas de la arquitectura brutalista o brutalismo. Surgida en los años 60, dicha arquitectura recibe el nombre de "béton brut", que en francés quiere decir hormigón sin pulir, aunque el doble sentido de la palabra es evidente. Si antaño las magnas obras de hormigón se caracterizaron por sus líneas esenciales, la arquitectura brutalista proponía formas recargadas, reiterativas y según moldes preexistentes más o menos simétricos; en resumen, añadía un punto de disarmonía. La fachada pesada y recargada del nuevo ayuntamiento de Boston poco contribuye a transmitir la imagen de acogida, serenidad y transparencia que se espera de las instituciones públicas.
Old Boston City Hall, estilo Segundo Imperio o Napoléon III.

New Boston City Hall en una postal, poco después de su inauguración.

Serenidad arquitectónica del Boston City Hall © Lebovich

07- Birmingham Central Library (1969-1973) de John Madin.
Sorprendente armatoste construido en medio de la plaza decimonónica de Birmingham, y que más bien parece una nave extraterrestre que acaba de aterrizar que una biblioteca pública. Hasta la fecha constituye uno de los más célebres ejemplos de la arquitectura brutalista británica, que fue muy, muy prolífica. El nuevo edificio vino a substituir a la vieja biblioteca, construida en 1882. Tras su inauguración el príncipe Charles dijo “no parece un lugar donde los libros son guardados, sino un lugar donde son incinerados”. Afortunadamente, a finales del 2013, se inauguró la nueva Library of Birmingham, con lo que se espera que la Central Library sea demolida en los años próximos.
Vieja sede la Central Library, demolida en 1974.

La Central Library en la Chamberlain Square.

Vista aérea. La Central Library ocupa parte de la Chamberlain Square, la plaza central de Birmingham.

Acogedor patio interior.

Poco exitoso contraste entre el siglo XIX y el XX. Nótese el deterioro del edificio más reciente.
Failed Architecture: Birmingham Central Library

08- Dom Sowjetow (1967-1990)
La bonita ciudad medieval de Königsberg, fue durante siglos la capital de Ducado de Prusia y en ella se coronaron todos los monarcas prusianos hasta 1861. Seriamente dañada durante la Segunda Guerra Mundial, la ciudad pasó entonces a manos de la Unión Soviética, que la renombró Kaliningrad. La ruinas de la vieja ciudad fueron eliminadas y sobre ellas se construyó la ciudad comunista modelo. Pero encima del viejo Castillo de Königsberg, donde se habían coronado los monarcas de Prusia, se construyó un edificio especialmente simbólico: el Dom Sowjetow (Casa de los Soviets). Empezado en 1967, el monolítico bloque de 20 plantas nunca se llegó a terminar y ha permanecido durante décadas como un cascarón vacío. Solo la fachada fue rehecha en 2005 durante la visita de Vladimir Putin, pero el interior permanece vacío e inacabado.
El castillo en el centro del antiguo Königsberg.

Fotografía coloreada del ala oeste del Königsberg Schloss que albergaba la capilla palatina donde se realizaron las coronaciones regias. Encima de la capilla había, irónicamente, la llamada Moskowitersaal (Sala Moscovita).

La Dom Sowjetow antes de la restauración de la fachada.

La restauración de la fachada. "Aunque la mona se vista de seda....."

La Dom Sowjetow a finales de los 2000.

09- Torre de Valencia (1968-1970) de Javier Carvajal.
No hay demasiados ejemplos de arquitectura brutalista en España, a excepción de la Torre de Valencia en Madrid. Usualmente se ha alabado su mala situación a pesar de su calidad arquitectónica, bastante dudosa creo yo, sobre todo si se compara con la Corona de Espinas-IPCE (1967-1970). Lo que es innegable es que la Torre de Valencia es probablemente la mayor “chafa perspectivas” del mundo, pues el mamotreto emerge frustrantemente por detrás de la Puerta de Alcalá cuando se observa la perspectiva desde la homónima calle.
La alabada calidad arquitectónica de la Torre de Valencia.

La Torre de Valencia y su habilidad para el "photobomb".

10- Forum Les Halles (1975-1986) de Claude Visconti y Jean Willerval.
Uno de los más celebres edificios del Paris del siglo XIX, Les Halles (Los mercados), que durante décadas fue el corazón (o el vientre, como dijo Zola) del Paris más popular y cotidiano, desapareció en 1971 cuando se decidió “revitalizar” toda la zona. El emblemático edificio de hierro y cristal fue derribado y el espacio quedó a la espera de un nuevo inquilino, pero la adjudicación fue de lo más rocambolesca. Inicialmente tenía que construirse un centro comercial, pero elegido Presidente de la República en 1974, Gistard d’Estaing decidió substituirlo por un jardín. Un año después se decidió construir un centro comercial subterráneo, obra de Claude Visconti e inaugurado en 1979. A continuación se celebró un concurso para la adecuación del jardín y los edificios de superficie, lo ganó Ricardo Bofill. Pero el nuevo alcalde de Paris, Jacques Chirac, canceló todo lo construido hasta entonces y encargó las obras a Jean Willerval, que construyó sus Pavillons Parapluies (Pabellones Paraguas). Los edificios, excesivamente aislados de jardín, disconexos y con una distribución fragmentada, se convirtieron pronto en un foco para los vagabundos, delincuentes y traficantes. En 2004, se aprobó la renovación, una vez más, de la zona con la demolición de los depauperados pabellones de Willerval (que aún se pueden ver en Google Streetview) y la construcción de un nuevo edificio apodado la Canopée.
Vista aérea de Les Halles, construido por Victor Baltard de 1854 a 1870.

Interior del "vientre de Paris".

Proyecto original de los Parapluies de Jean Willerval.
Vista panorámica del Forum Les Halles, con el jardín (extremo izquierdo), el centro comercial subterráneo de Visconti (izquierda) y los pabellones de Willerval (derecha). Su estética, según el eufemismo actual, "ha envejecido mal".

A finales de los noventa el deterioro estético, material y social de la zona ya era evidente.

Los comercios pronto abandonaron los pabellones de Willerval que, envejecidos, fueron ocupados por compañías menos agradables. Si la demolición de Les Halles de Baltard creó una viva polémica a finales de los 60, los pabellones de Willerval han sido demolidos ante la indiferencia general.

Nuevo proyecto para la Canopée, más compacta y mejor conectada con el jardín.

8 comentarios:

  1. Dios mio que sarta de estupideces y pensar que alguien habrá pasado tiempo escribiendo todo esto...

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  2. Me fascina la cantidad de argumentos que aporta para rebatir los míos, ¡magnífico! Si no tiene nada más que decir, borraré su comentario en breve.

    Atentamente,

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  3. borre usted lo que se le antoje, no me parece una amenaza grave. el drama es cuando hay que explicar lo obvio. su blog a parte de un conjunto de lugares comunes destroza con argumentos (?) de peso obras extraordinarias de LeCorbusier o de Carvajal. Argumentos dice? a qué viene comparar la fantástica corona de espinas con la torre de Valencia, eso es lo que se llama mezclar churras con merinas.

    Dice "a pesar de su calidad arquitectónica, bastante dudosa creo yo" y a eso le llaman argumentos?

    En fin, lo dicho, vaya sarta

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    1. Lo de borrar su post no era ninguna amenaza, sino una incitación para que desarrollara su crítica. Al principio del post ya avisé que se trataba de una selección personal y subjetiva, aunque líneas más abajo intenté esbozar algunos de los problemas y fallos que se le pueden achacar, objetivamente, a la arquitectura del siglo pasado. Lo que hice a continuación no fue atacar a los fundamentos teóricos o técnicos de los arquitectos y sus obras, sino mostrar como algunas de éstas han sido un fracaso en su aplicación práctica, ya sea por la inadecuación al lugar en que se construyeron, por los edificios a los que substituyeron o por los “hijos” que engendraron…

      Sobre la torre de Carvajal y la Corona de Espinas, pues no me parece una comparación tan fuera de lugar, siendo ambos arquitectos coetáneos, además de conocidos por su extenso uso del hormigón, pero en fin, para gustos colores. Lo de “bastante dudosa, creo yo”, no es un argumento, sino mi opinión, el porqué del fracaso (objetivo) de la Torre de Valencia son las fotografías que muestro sobre su poco acertada ubicación.

      Atentamente,

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  4. Respuestas
    1. Muchas gracias !! Celebro que a alguien le haya gustado el artículo !!

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  5. El comentario de anónimo parece ser el de alguien que olvida que los edificios además de ser bonitos o tener una parafernalia pseudofilosófica detrás han de servir para aquello para lo que han sido construidos. No puedes hacer complejos habitacionales en los cuales la gente no viva a gusto, ni mercados donde ni vendedores ni clientes quieran estar. La tonteria satanista (Satán ej nuejtro señor y Le Corbusier ej su pjrofetha) se curaria obligando a los arquitectos estrella a vivir dos años enteros en las mierdas que diseñan.

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  6. No se preocupe por responder a los detractores de arquitectura basura, de ellos se ocupan las bolas de demolición. No más pruebas señoría.

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