La ascensión de
los Farnese estaba destinada a empezar de forma galante. Los Médicis tuvieron
sus bancos, los Farnese su seducción; los Médicis tuvieron a Lorenzo il
Magnifico y los Farnese a tuvieron a Giulia.
Ambas familias
se convirtieron a lo largo de las décadas en símbolos del prestigio, poder, riquezas
y refinamiento que fueron capaces de alcanzar las grandes familias italianas
durante los siglos XV, XVI y XVII. Los Médicis y los Farnese tuvieron orígenes
distintos, pero sus historias discurrieron de forma bastante paralela, ambos
dieron al menos un papa a la Historia, ambos gobernaron estados propios e
independientes y ambos fueron mecenas ejemplares. La Historia, no carente de ironía,
les guardó, también, un final parecido, sus lacradas familias se extinguirían
en las primeras décadas del siglo XVIII.
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Genealogía simplificada de los Farnese |
Pero la aventura
de esta familia empezó en las oscuras tierras de la Umbría, en donde los
Farnese, terrateniente bien afincados, vivieron siempre a la sombra de la
administración papal. Fue el patriarca Rannuccio il Vecchio (1390-1450) quien
comenzó a codearse con la nobleza y quien gozó bajo los pontificados de Martino
V (1417-1431) y Eugenio IV (1431-1447) de importantes cargos, entre ellos el de
condottiero de los ejércitos papales.
El hijo de
Rannucio, Pier Luigi (1420-1478), supo seguir los pasos de su padre, pero lo
mejor que supo hacer fue casar (1489) a su bella hija Giulia Farnese
(1474-1524) con Orsino Orsini cosa que selló el acceso de los Farnese en el
cerrado grupo de la nobleza romana.
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Supuesto retrato de Giulia Farnese (1475-1524) por Raffaello. |
Una vez en Roma,
la seductora Giulia pronto entabló relaciones con el cardenal Rodrigo Borgia
(1431-1503) que en 1492 se convirtió en el papa Alessandro VI. La relación de
Giulia con el sumo pontífice fue determinante para la ascensión de la familia
que empezó a codearse con los Medici o los Della Rovere, lo más granado de la aristocracia
romana.
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Supuesto retrato de Alessandro Farnese il Vecchio (1468-1549). |
Pero el que sacó
mayor partido del éxito de Giulia fue su hermano Alessandro il Vecchio
(1468-1549). El joven, destinado a la carrera eclesiástica, tuvo una promoción
fulgurante y en 1493, Alessandro VI lo nombró cardenal. Pero la muerte del papa
en 1503 no frenó su carrera, pues Alessandro, hábil consejero y estadista, mantuvo
buenas relaciones con Giulio II (1503-1513), Leone X (1513-1521) y Clemente VII
(1523-1534). Alessandro prosiguió su ascensión acumulando cargos dentro de la
jerarquía eclesiástica y la administración papal. Finalmente, en el año 1513,
se decidía a empezar la construcción de un inmenso palacio en Roma, digno de su
rango y poder. El palacio fue encargado al célebre Antonio da Sangallo (discípulo
del mismo Bramante), su objetivo era triple: mostrar el poder de los Farnese,
servir de residencia a los hijos del cardenal Alessandro y alojar las extensas
colecciones de arte que la familia estaba amasando.
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Palazzo Farnese, Roma. |
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Palazzo Farnese - Cortile. |
Sin embargo no
fue hasta 1534 cuando el nombre de los Farnese quedo escrito en letras
mayúsculas en la Historia, pues ese año Alessandro fue elegido papa. Rigió con
el nombre de Paolo III (1534-1549) y entre sus realizaciones más importantes
caben citar el encargo a Michelangelo del fresco del Juicio Final en la Sixtina
(1535) o la convocación el Concilio de Trento en 1545. Paolo III también aprovechó
su pontificado para asegurar el porvenir de su hijo natural, Pier Luigi
(1503-1547).
Pier Luigi, de
carácter impetuoso y cruel, fue un hábil mercenario y participó en el Saqueo de
Roma (1527) al mando de las tropas imperiales, hecho que le valió la excomunión.
Ya en el solio pontificio, Paolo III decidió otorgarle a su hijo un feudo
hereditario que pudiera asegurar la posición
de sus descendientes en la península. El papa, no sin cierta oposición,
separó dos regiones al norte de los Estados Pontificios para crear los Ducados
de Parma y Piacenza, que fueron otorgados a Pier Luigi en 1545. Sin embargo el
gobierno despótico del nuevo duque hizo, que solo dos años después, fuera asesinado
en una conjura de nobles.
El hijo de Pier
Luigi, Ottavio (1524-1586), heredó los ducados ahora ambicionados por el Rey de
Francia y el Sacro Emperador Carlos V, el conflicto no se dirimiría hasta 1556,
cuando Ottavio recuperó sus territorios y se puso bajo la protección de nuevo
Rey de España, Felipe II (1556-1598). A partir de entonces el Ducado de Parma y
Piacenza emergía como entidad independiente en la Península Itálica y como auténtico
feudo de los Farnese.
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El papa Paolo III (centro) con sus nietos (nipoti) el cardenal Alessandro Farnese il Giovanne (izquierda) y Ottavio Farnese, duque de Parma (derecha.) |
Sin embargo, a
la dinastía aún le quedaba un último gran representante ante la corte papal:
Alessandro il Giovanne (1520-1589), hijo de Pier Luigi y hermano de Ottavio,
duque de Parma. Alessandro, hizo carrera eclesiástica como su abuelo quien, en
1534, y con tan solo catorce años, lo nombró cardenal. El joven Alessandro,
llamado el “Gran Cardinale”, se encargó de proseguir las faraónicas obras del
Palazzo Farnese y sobretodo de llenarlo de valiosas antigüedades. Gran mecenas
y aficionado al arte fomentó excavaciones arqueológicas por toda la ciudad,
pero las más notables fueron las que tuvieron lugar en la Termas de Caracalla,
donde piezas tan famosas como el Ercole Farnese vieron la luz. La muerte de su
abuelo Paolo III en 1549 no disminuyó ni su poder ni su riqueza, pues en 1559
encargó a Vignola de reconstrucción del Palazzo Farnese en Caprarola, que
adquirió un aspecto monumental y una decoración exquisita, asimismo se construyó
un frondoso jardín con extravagantes fuentes y grutas. En 1580, solo nueve años
antes de su muerte, el cardenal adquirió la famosa Villa Chigi (con exquisitas
decoraciones de Raffaello), que fue renombrada Villa Farnesina. Alessandro
Farnese fue el último representante de importancia de la familia que residió en
Roma. A partir de entonces los Farnese prefirieron residir en sus ducados y
lentamente el fabuloso Palazzo Farnese (terminado en 1589) se fue vaciando de
sus tesoros.
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Una de las piezas maestras de la colección Farnese: el Ercole Farnese. |
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Palazzo Farnese, Caprarola. |
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Jardines y casino del Palazzo Farnese de Caprarola. |
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La Villa Chigi en Roma, reconvertida en Villa Farnese a partir de 1580. |
Mientras tanto,
en Parma, Ottavio era sucedido por su hijo Alessandro (1545-1592), que pasaría
a la historia como uno de los grandes militares al servicio de Felipe II de
España.
Poco a poco, sin
embargo, los Farnese se retiraban a sus bastiones del norte a medida que su
influencia en Roma disminuía y sobre todo a partir de las Guerras de Castro
(1639-1649) que les enfrentaron con el papado. Los fabulosos tesoros que la
familia había amasado durante el siglo precedente se concentraban en Parma
donde eran alojados en los monumentales Palazzo della Pillotta y Palazzo del
Giardino, al mismo tiempo, el fastuoso Teatro Farnese (1617-1618) se convertía
en centro de extravagantes fiestas barrocas.
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Palazzo Ducale de Parma en 1835, la residencia sería destruida durante los bombardeos de la II Guerra Mundial. |
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El Teatro Farnese, reconstruido despues de la II Guerra Mundial. |
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Palazzo del Giardino en Parma, donde se alojaba parte de la colección familiar. |
Ni la progresiva
pérdida de influencia política ni el acuciante endeudamiento mermaron el
esplendor de la dinastía. Pero la muerte del duque Antonio I (1679-1731) a
causa de su propia obesidad supuso un punto y aparte. La falta de herederos masculinos barones hizo recaer
toda la herencia en su sobrina, la impetuosa Isabel de Farnesio, reina de
España al ser esposa de Felipe V de Borbón (1700-1746). Isabel, no pudiendo
heredar por ser mujer, pasó los derechos a su hijo Carlos, nuevo duque de Parma
y Piacenza. Pero en 1738, el tratado de paz que ponía fin a la Guerra de
Sucesión Polaca (1733-1735), obligó a Carlos a escoger entre los pequeños
territorios de Parma o el opulento reino de Nápoles y Sicilia, y escogió este
último. Parma y Piacenza pasaron a manos de los Habsburgo, pero antes Carlos
hizo trasladar todas las colecciones a Nápoles; armaduras, cuadros, esculturas,
antigüedades, etc, partieron hacia el sur y Parma quedó vacía. Por esa razón,
los tesoros de los Farnese se exhiben hoy en Nápoles, en el Museo de
Capodimonte y en el Museo Archeologico, junto a los tesoros de Pompeya y
Herculano.
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Antonio I, Duque de Parma y último Farnese que rigió sobre Parma y Piacenza, entre 1727 y 1731. |
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Elisabetta Farnese (1692-1766), conocida como Isabel de Farnesio, esposa de Felipe V de España (1700-1746) y última representante de la ilustre familia. |
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El Infante Carlos de Borbón, que heredó todos los bienes de los Farnese antes de convertirse en Carlo VIII di Napoli (1738-1759). |
No obstante, en
1748, al término de la Guerra de Sucesión Austríaca (1740-1748), el ducado fue
otorgado otra vez a Isabel de Farnesio que lo cedió a su segundo hijo, el
infante Felipe (1720-1765), fundador de la dinastía Borbón-Parma que se
mantendría a la cabeza del ducado hasta que en 1861 fue incorporado al naciente
Reino de Italia.
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