Si el Bolshoy nos recuerda al Primer Imperio Napoleónico, el Mariinskyi nos conecta con el Segundo Imperio. La fachada principal fue remodelada en 1894 en base a dos principios ejemplificados por la Opéra de Paris, la complejidad de los volúmenes y la profusión decorativa a base de elementos tomados del Tardo Renacimiento y del Barroco. Su composición, a base de una planta baja almohadillada, de dos potentes retranqueos laterales que enmarcan la columnata central y de la cúpula de la sala que corona todo el conjunto, se distancia del anteriormente citado modelo del Bolshoy y también del omnipresente modelo de fachadas curvilíneas de Gottfried Semper y se asocia no solo a la Opéra de Paris sino también a la de Viena y a la de Budapest.
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