viernes, 2 de septiembre de 2011

Königshaus am Schachen

De todas las residencias asociadas al rey Ludwig II de Baviera, la llamada Königshaus am Schachen (Casa del Rey en Schachen) es la menos conocida. Las causas son principalmente dos, primero su extremo aislamiento y en segundo lugar su relativa modestia.


El rey Ludwig II, buscando siempre alejarse del “mundanal ruido”, tuvo particular afición en construir residencias en lugares inhóspitos y alejados, ya fuera en lo alto de una montaña, en medio de una isla o en la buhardilla de un palacio. Así pues después de un trayecto de varias horas desde Garmisch-Partenkirchen y cruzando imponentes y abruptas cadenas montañosas se llega a la Könighaus, una construcción con aspecto de chalet suizo encaramada en lo alto de un risco.


Fue el arquitecto Georg von Dollmann quien, entre 1869 y 1872, construyó este pequeño refugio alpino. El aspecto exterior no debe sorprendernos porque el “estilo suizo” fue muy común en construcciones de montaña y casa de retiro y de hecho el mismo palacete de Linderhof fue en su momento un chalet de madera con suntuosos interiores. No obstante un mirada más detallista permitirá ver la intrincada decoración de las tallas de madera, a modo, casi, de celosías árabes.
La planta baja de la construcción presenta cinco estancias, entre ellas el dormitorio y el vestidor del monarca, de aspecto bastante espartano y decoradas con madera lisa y pulida. No obstante una escalera de caracol nos conduce al piso superior, enteramente ocupado por la Türkische Saal (Salón Turco). El opulento salón, lleno de tallas policromadas, vidrieras de colores, divanes y torchères es un auténtico tributo a la personalidad del peculiar monarca. Era en este salón donde cada 25 de agosto, el rey Ludwig II venia a celebrar su cumpleaños con los invitados y el servicio convenientemente vestidos “a la turca”.


A pesar de la peculiaridad de la construcción, no debemos concebirla como un caso único, pues los orientalismos, nacidos en el siglo XVIII, fueron muy característicos del eclecticismo del siglo XIX y los gabinetes orientales causaron furor entre la alta sociedad del momento. Aun así, lo que sorprende de la Könighaus es su reclusión, pues solo Ludwig II podría haber concebido un suntuoso salón turco en medio de escarpadas montañas.

Solo comprendiendo la voluntad de aislarse del monarca se puede comprender la Könighaus, un edificio en el cual la reclusión es doble, pues es física (en lo alto de un montaña) y temporal (una época lejana e idealizada) al mismo tiempo.

©Panoramio/PeSchn

No hay comentarios:

Publicar un comentario