martes, 26 de julio de 2011

El canto del cisne de John Galliano. Christian Dior Haute Couture Printemps-Été 2011.

Cada vez que veo esta colección me convenzo más firmemente de que se trata una de las mejores de la Maison Dior bajo el gobierno de John Galliano.

La colección se inspira en los coloristas y exquisitos dibujos de René Gruau, que trabajó como cartelista de la Maison Dior en la posguerra. En ella, Galliano no sólo muestra un refinamiento sin igual al mezclar colores, materiales y siluetas para recrear esa mujer refinada, sofisticada y etérea tan icónica de la casa Dior sino que al mismo tiempo hace gala de la esencia de la Haute Couture: un trabajo preciosista, delicado en extremo (los bordados, los tules que se arremolinan, las capas superpuestas….) y una prendas confeccionadas ex profeso para la percha que las llevará.

Represando cada look, uno se adentra en la trayectoria de John Galliano al frente de Dior; no es difícil recordar la teatralidad y el refinamiento que año tras año levantaron vítores y alabanzas. Como olvidar aquella presencia casi constante del artífico de la Belle Époque que vimos en colecciones tan bellas como HC Printemps-Été 1998 o HC Automme-Hivern 2005-2006. Tampoco será fácil de borrar de la memoria el exceso sin límites y el aparato de HC Automme-Hivern 2004-2005 o de HC Automme-Hivern 2007-2008; el exotismo ancestral de HC Printemps-Été 2004 y HC Printemps-Été 2007 o el mix cultural de HC Printemps-Été 2002 y HC Automme-Hivern 2006-2007.

Una era dorada resumida en una última colección. Su fin sólo puede decir, al esteta que yo soy, que el mundo es ahora un poco más feo.



































































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